Através del uso de biodigestores se puede generar energía eléctrica y biofertilizantes, estos últimos mejorarían la productividad de los cultivos.
En nuestro país, Comercial Industrial Delta (CIDELSA) promueve una nueva generación de biodigestores, pre fabricados, fáciles de instalar y con una mayor duración.
Los biodigestores son contenedores que mezclan estiércol de animal con agua para producir biogás (combustible renovable), con lo cual se genera energía eléctrica y biofertilizantes, tecnología que permitirá impulsar el sector agropecuario.
Comercial Industrial Delta (CIDELSA), fabrica con éxito en nuestro país, esta tecnología con interesantes innovaciones, incluso a partir del año pasado exporta el producto hacia Centroamérica.
En torno a este tema, Agraria.pe entrevistó a Edmundo Rodríguez Álvarez, gerente de línea (Agronegocios-Biodigestores) de CIDELSA, quien explicó que el estiércol que ingresa al biodigestor, en condiciones anaeróbicas, produce un biofertilizante de mayor calidad que mejoraría el rendimiento de los cultivos, pues tendría hormonas de crecimiento.
“Por lo general los ganaderos tienen un corral y sembríos, lo que produce una perfecta simbiosis, pues la agricultura sin abono no podría vivir”, indicó el especialista.
Además, explicó que la compañía fabrica dos tipos de biodigestores. “El primero se denomina tubular y son para pequeños ganaderos; mientras que el de laguna cubierta es para la industria agropecuaria y avícola”.
Para instalar el biodigestor se debe hacer una zanja de acuerdo a la dimensión del mismo. “Por ejemplo, el biodigestor tubular, que es el más utilizado, tiene 10 m3 de capacidad, es de 1.27 de diámetro por 8 metros de largo aproximadamente.”, indicó Rodríguez.
Asimismo, en algunas zonas (sobre todo en la sierra y selva) se utilizan coberturas a modo de invernaderos que conservan la temperatura necesaria dentro de ese ambiente (de 30º a 35º) para que el proceso de biodigestión continúe a pesar que la intensidad climática disminuya, señaló el especialista.
El producto consta de dos piezas: un biodigestor que se ubica cerca al corral y un reservorio de biogás que se instala al lado de la cocina. “Ambos cuestan US$ 450 (incluido IGV). Además, el usuario invierte en promedio US$ 200 más por concepto de instalación”, refirió Rodríguez Álvarez.
“Podemos citar el caso de un cliente en Jauja que tiene un biodigestor y vende el cilindro de 200 litros de biofertilizante a S/. 50, siendo su ingreso mensual de S/. 1500 en promedio; con lo cual recuperó su inversión en dos meses”, indicó el gerente de línea.
Como dato referencial, agregó: “un biodigestor de 10 m3 reemplaza a un balón y medio de GLP mensual, lo cual sería un ahorro promedio de S/. 45 al mes”.
Rodríguez destacó el reemplazo de la leña por biogás. “Contribuye a un tema de salubridad, pues sobre todo en la sierra se cocina en ambientes cerrados, exponiéndose así los pobladores a enfermedades respiratorias”, indicó.
El especialista sostuvo que los biodigestores evitan la contaminación de fuentes hídricas por aguas residuales no tratadas; mejoran el medio ambiente, pues se controla mejor la emisión de malos olores y la proliferación de moscas.
Sin embargo, la reducción de gases de efecto invernadero gracias al uso de esta tecnología es mínima, puesto que los biodigestores aún no son de uso masivo en el Perú, sostuvo Rodríguez Álvarez.
“Nosotros tomamos de referencia el antiguo modelo de biodigestor Taiwán, el cual es de plástico y consta de dos tubos (entrada y salida). En ese sentido, realizamos una innovación, colocando un tubo adicional de purga que permite retirar los residuos sólidos que se sedimentan en el fondo y ello también sirve de abono”, manifestó el gerente de línea de CIDELSA.
“La tubería de salida de biogás también se elabora en nuestra planta, donde realizamos los controles de calidad respectivos. Además, es un biodigestor pre fabricado, listo para instalar”, añadió Rodríguez.
