José Cavani Ríos Periodista
Hace 19 años se firmó en Brasil la Convención sobre Diversidad Biológica, en la denominada Reunión de la Tierra. Como pocos tratados internacionales, éste ha tenido la aceptación de la mayoría de Estados en el mundo y ha servido, desde su entrada en vigencia en 1993, como una plataforma jurídica para el desarrollo de una prolífica normatividad regional y nacional en la materia.
Este documento ha intentado abarcar la totalidad de temas que se vinculan a la conservación de la biodiversidad (recursos genéticos, especies y ecosistemas), incluso nuestro país ha implementado diferentes medidas que apuntan al cumplimiento de este acuerdo internacional, como son la protección de la? biodiversidad, el uso de los recursos biológicos de manera sostenible y la participación equitativa de los beneficios de estos recursos.
Como se puede deducir, estos objetivos no podría alcanzarlos un país en desarrollo. En ese sentido, la Convención establece una obligación de los países desarrollados de destinar los recursos financieros necesarios para la implementación de programas, proyectos e iniciativas sobre conservación de la biodiversidad.
La importancia del carácter universal de este tratado es que ha permitido consolidar algunos principios importantes para la conservación de la biodiversidad, como el derecho de todo Estado sobre sus recursos naturales y de explotarlos según su política ambiental, así como el de regular el acceso a los recursos naturales.
También se ha establecido la obligación de que los actos desarrollados en su territorio no afecten el medio de países aledaños o de zonas fuera de toda jurisdicción nacional.
En la actualidad, la Conferencia de las Partes, órgano principal de esta Convención, ha iniciado procesos de consenso en temas como acceso a recursos genéticos, biotecnología, protección de conocimientos tradicionales.
En estas cuestiones, el Perú ha tenido una posición firme planteando que estas? acciones deben ser "comunes pero diferenciadas" entre naciones proveedoras de recursos genéticos y aquellas que las usan.
La implementación de este tratado es un compromiso que deben seguir los sucesivos gobiernos. Mientras que el aprovechamiento de los múltiples beneficios que tiene de la Convención para el Perú, es una tarea para quienes, desde la administración pública, se encargan de la gestión ambiental a nivel nacional.
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