lunes, 2 de noviembre de 2009

LA PAPA MAS GRANDE DEL MUNDO


En Huancayo presentaron la papa a la huancaína más grande del mundo



Doce mil personas degustaron este delicioso potaje.

Huancayo, Fue presentada en la ciudad de Huancayo (Junín) la papa a la huancaína más grande del mundo, donde unas 12 mil personas tuvieron la oportunidad de degustar este delicioso potaje peruano.

Para preparar este delicioso platillo considerado como una de las siete maravillas gastronómicas del Perú, se emplearon mil 500 kilogramos de papa, huevos y aceitunas.

El potaje fue servido en doce mil platos tendidos sobre una gigantesca mesa que se ubicó en la calle Real, en el frontis del palacio municipal de Huancayo.

“Estamos evitando cualquier contacto directo con los productos alimenticios y hemos utilizado bandejas de acero quirúrgico; por otro lado, nuestro objetivo es posicionar la papa a la huancaína dentro la gastronomía nacional”, manifestó Rubén Cárdenas, coordinador del certamen.

El alcalde de Huancayo, Fredy Arana Velarde, manifestó que los lugareños deben revalorar este plato típico, "ahora como atractivo turístico grastronómico, pues es una de las siete maravillas gastronómicas, motivo por el cual vamos a seguir difundiéndolo para el beneficio turístico de Junín”.

Se informó de que existe la posibilidad de inscribir la papa la huancaína más grande del mundo en los Records Guinness, pues por el momento se viene buscando consenso para instaurar el "Día nacional de la papa a la huancaína".

La primera versión de la papa a la huancaína más grande del mundo fue el año 2008, en esa oportunidad se presentó 8 mil platos que fueron degustados por turistas y la población.

La papa a la huancaína surge durante la construcción del Ferrocarril Central del Perú, cuando se requirió gran cantidad de obreros. En ese momento, el alimento de los trabajadores era preparado por mujeres huancas que sancochaban las papas y las servían bañadas en una salsa de queso mezclado con rocoto y leche, adornado con huevo duro.

A este plato se le llamó “papa a la huancaína”. La receta migró a Lima, donde se cambió el rocoto por ají amarillo y el batán por licuadora.

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