Desde aquellos distantes años Cincuenta en que la placidez de las tardes piuranas era alterada por el ferrocarril cruzando la ciudad, llevando los fardos del preciado algodón Pima, hasta el rectilíneo perfil de los contenedores refrigerados portando los deliciosos mangos hacia puerto, mucha agua ha pasado por los puentes de San Miguel de Piura.
Según datos elaborados por Agenda 21, Perú exportó durante 1965, algodón desmotado Pima por US$30 millones. Esta cifra traída a dólares del 2001, utilizando datos de inflación de la Oficina de Estadísticas del Trabajo de EE.UU. asciende a US$168.6 millones. Si bien ahora ya prácticamente no exportamos algodón en fibra (al contrario, importamos US$50.38 millones en el año 2001), exportamos mucho valor agregado en forma de hilados y confecciones. Dicho de otro modo, nuestros industriales añaden talento y atractivo a las fibras y las embarcan en forma de ropa. Mano de obra peruana y capitales peruanos son remunerados por los mercados del exterior. Lamentablemente, no existe aún un núcleo industrial de confecciones en Piura, no obstante la innegable tradición de habilidad manual de nuestra gente.
Mientras tanto, el producto de mayor crecimiento en agroexportaciones, el mango, pasó de los US$2 millones en 1990 a casi US$32 millones en el verano reciente. Los productores, exportadores y el Estado están viendo a este cultivo como promisorio. Y saben que hace falta mucho trabajo de producción y post producción para obtener una calidad pareja, que permita promover el consumo en los mercados del extranjero. Se puede estimar que para 2005 podemos estar embarcando mangos por US$60 millones, cifra que puede subir si se abren los mercados del Lejano Oriente. La ventaja del mango peruano es su sabor, aroma y apariencia, especialmente debido a su color y tersura. Además de la ventana o momento de cosecha. Sin embargo, el mango también requiere industrialización para poder almacenarlo una vez concluida la cosecha.
Tenemos que tener en cuenta que la industria textil y de confecciones ha adquirido un relieve impresionante en la economía nacional. En el 2001 se exportaron US$663.5 millones de dólares (US$506.6 millones en ropa y confecciones, US$52.9 en hilados, US$57.9 en tejidos y US$46.1 en fibras textiles), superando largamente a las exportaciones agropecuarias, químicas y pesqueras no tradicionales. Esta industria, mayormente formada por capitales nacionales, se ha constituido en el sector industrial más futurista de la economía, y que seguramente en algunos años liderará las exportaciones del país. Imaginemos si se llega a realizar el ATPA que concede preferencias arancelarias para el ingreso a EE.UU., donde actualmente los productos peruanos pagan 21 % de arancel.
Opino que esto se debe a que ha logrado una importante inversión en tecnología de avanzada (nuevas y sofisticadas fábricas), sistemas que permiten una gran conectividad entre máquinas, diseño y clientes, y una logística superlativa. Esta última permite tiempos breves entre la recepción de los pedidos y el despacho.
Ya en Julio de 1995, la célebre consultora Monitor (Boston), dirigida por Michael Porter, en su estudio “Construyendo las ventajas competitivas del Perú” recomendaba especializar la producción textil y de confecciones peruana, hacia la “respuesta rápida” a pedidos del mercado de los EE.UU., el mayor del mundo. Asimismo, la diferenciación era más recomendable que la lucha con los colosos de los costos bajos. Imitar a Italia y no a China. Colombia así lo hizo y hoy día exporta moda y triplica los precios.
De esta manera, se reafirma la estrategia nacional. Perú es un país con notables diferencias. En su paisaje, en su producción agropecuaria, en su clima y por ende, en su producción agroindustrial. Los atributos singulares del algodón Pima, ahora eclipsados por la desadecuación a la nueva escena, deben ser recuperados. No solamente porque el Pima forma parte de la cadena algodón-textil-confecciones, sino porque ejerce una acción multiplicadora y benéfica sobre la economía piurana. Necesitamos relanzar al Pima.
La Supima Association of America (supimacotton.org), es la asociación de productores de algodón Pima de los EE.UU. Revisando en Internet su página web, se encuentra que el algodón Pima es un nombre genérico para los algodones de fibras extra-larga cultivados en valles del suroeste de EE.UU. (Arizona, California, Nuevo México y Texas), Australia, Egipto y Perú. Asimismo, conviene saber que durante le periodo 1970-2000 la producción de algodón creció a un ritmo aproximadamente igual al crecimiento de la población mundial (1.7%).
Entre los elementos a tener en cuenta para el futuro inmediato del algodonero piurano destacan: 1) Variación del clima, en especial tendencias a la elevación de la humedad ambiental, que ameritan nuevos estudios y tecnologías. 2) Aumento de las necesidades de eficiencia, regularidad en la calidad y servicios, destacando la resistencia a la rotura de la fibra, insuficiente a las nuevas demandas industriales. 3) Nuevas condiciones del entorno como la apertura comercial, el tipo de cambio retrasado y la elevación de los costos de producción, que obligan a mayor productividad. Y, 4) Todos estos cambios exigen un funcionamiento coordinado de los protagonistas de la cadena, y para que ella funcione, se requiere un marco institucional eficaz.
La Junta Nacional del Algodón, podría ser una entidad importante para guiar los cambios y armonizar las relaciones dentro de la cadena. Una mejor organización de los productores, la diseminación de nuevos conocimientos y enfoques de negocios, ayudará a todos.
En conclusión:
a) Ambos cultivos son promisorios y con gran efecto en la economía piurana, en la medida de un funcionamiento armónico entre los integrantes de cada cadena, principalmente productores, industriales y exportadores
b) Ambos cultivos basan su futuro en la diferenciación, por lo que hay que trabajar muy fuerte en recuperarlas (caso del algodón) y fortalecerlas, caso del mango.
c) Un Estado consciente y promotor debe ser socio de este sector industrial para su desarrollo. Para lograrlo, se necesita funcionarios con aptitudes y un nuevo marco para la carrera pública, regulándola y reivindicándola.
Por lo visto, es urgente convocar a los actores de estas dos importantes actividades productivas de este departamento agrícola, para que deponiendo en la mejor medida sus legítimas aspiraciones comerciales, trabajen por construir el futuro agroindustrial de la Piura del siglo XXI, cuyas dos locomotoras pueden ser el algodón Pima y el mango. Y por supuesto, sin olvidar la urgencia de contar con una carretera confiable a la sierra piurana que permita incorporar esa importante zona a la nueva economía y sus inversiones (01 Abril 2002).
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